martes, 22 de enero de 2013

Florece La Corrupción (En El Gobierno Y En La Oposición)

Hace cosa de treinta años, un amigo mío, licenciado en Historia, muy escéptico en relación con la actualidad política de entonces, me contaba que él, pese a carecer de cualquier convicción en ningún sentido, votaba a la derecha. Razonaba que un miembro militante de los partidos de derecha, estaba en la política por notoriedad y no por dinero, algo así como los presidentes de los equipos de fútbol, que gastan una fortuna por acceder al cargo. Alguien así, dispuesto a defender los intereses de las grandes familias, ya tenía un bisabuelo que había especulado, había vendido armas o traficado con esclavos y, en esa tesitura, uno que ya tuviera un Matisse o un Modigliani en su salón era más de fiar, en su manejo del erario público, que los representantes de izquierdas que, tras los cuatro u ocho años de mandato político, si no habían espabilado y habían apartado unos duros, tenían que volver al tajo: al taller, a la fábrica o a la oficina.

No sé qué votará mi pobre amigo ahora, puesto que la derecha ha demostrado que es insaciable en su interminable asalto a las arcas públicas (y privadas). Un caso tan cutre (y falto de clase) como el del tesorero Bárcenas y los sobres en dinero negro que supuestamente repartía entre su caterva de adeptos, hace sonrojar a cualquiera que piense que es posible un mínimo de decencia en política.

Un comentarista singularmente lúcido, Eduardo Haro Tecglen, escribía en sus últimos años (falleció en 2005) que en las democracias occidentales modernas, la disyuntiva política era elegir entre mafiosos o fascistas. Si se quería referir a España, aún pecó de ingenuo.

En la emisora más escuchada del país, la meliflua y gazmoña sor Angels Barceló vierte cada anochecer una furibunda descalificación ética, sobre las evidencias de las más variadas malversaciones, entre las corruptas huestes del partido gobernante, jaleada por diversos tertulianos nacional/socialistas. Y uno, perplejo, se pregunta si la periodista es tonta de baba (cosa poco probable) o piensa que los tontos de baba son los oyentes. Me explico: ¿Qué legitimidad tienen los socialistas, después de Roldán, Juan Guerra, el GAL, Filesa, los EREs andaluces y un largo etcétera, para dar lecciones de moral? De los nacionalistas, en este tema, mejor no hablar. La SER debería quizá saber que el partido a quien sirve ha gobernado 7 de los últimos 8 años. ¿Pusieron en marcha alguna medida de transparencia para dificultar a los estafadores su grata labor de sustracción y apandamiento? ¿Hicieron listas públicas de contribuyentes? ¿Obligaron a los políticos a declarar su patrimonio antes y después de su mandato? Nada de esto. Se deben creer que, en Suecia y Holanda, los ciudadanos son ejemplares en lo cívico y en lo moral (debido a la Educación para la Ciudadanía, o algo por el estilo) y nadie parece captar que la lucha efectiva contra el mamoneo residiría en unos sólidos mecanismos de control y transparencia ¿Qué nos queda? Pues lo de siempre, el pataleo y ajo y agua.
 
Pensemos que podría ser peor: diversos foros internacionales y observatorios de la corrupción sitúan a nuestro país en el puesto 30 de una lista de 150 que comienza con los menos aquejados de corrupción política (Finlandia, Dinamarca, Nueva Zelanda… ) y acaba con los más corruptos (Sudán, Venezuela, Irán, Corea del Norte…) Me pregunto qué criterios les habrán servido para medir una variable tan compleja y en qué sesgos habrán incurrido, pero en fin, parecen chicos serios y allá van unos enlaces para el que quiera saber más:
http://www.transparency.org/cpi2011/results
http://www.worldaudit.org/corruption.htm
Mi colega el Resentido dice que lo bueno que tiene la corrupción, en democracia, es que quizá algún día podamos beneficiarnos de ella. Y como le falta un tornillo, usa bases rítmicas que se baja de internet, para cantar este rap que ha compuesto, con más ripios que mala sombra:

  Corrupción en el Gobierno,
también en la Oposición,
corrupción en la nación.
corrupción sin restricción.
Mil políticos funestos
que se guardan tus impuestos,
escasean los honestos,
los demás llenan los cestos.
Te recortan prestaciones
y se tocan los cojones,
tras ganar las elecciones:
busca tú las soluciones,
que ellos roban sin talento,
comisiones, ay que invento,
su cara es como el cemento.
Pues si no estás muy contento,
entra tú en algún partido,
de los que meten más ruido
y a todas horas reunido,
acabarás consumido,
pero no debes quejarte,
traga sin desanimarte
echándole rollo y arte
hasta conseguir tu parte.
Es lo bueno que esto tiene,
trinca la nena y el nene,
financiación ilegal,
tienes que hacerlo muy mal,
para acabar en el trullo,
si no eres un capullo
desviarás un buen pedazo
llenarás a tope el cazo
dándonos bien la paliza
¡y te lo llevas a Suiza!
¡Hay paraísos fiscales
que son inventos geniales!

 

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