miércoles, 6 de febrero de 2013

Mujer Turbadora, Hombre Más-turbado

Según hace público un estudio del gabinete psicológico de la Universidad “Fray Bartolomé de las Casas” de Tampa (Florida), un hombre varón se enamora un promedio de 26’7 veces durante la etapa de su vida comprendida entre los quince y los treinta años, la mayoría de estas efusiones sentimentales y emocionales son infructuosas y estériles y no hacen sino socavar su autoestima hasta convertirlo en un adulto emocionalmente maduro e inofensivo para la sociedad...
 
Cuando era joven y escribía sonetos, fui rechazado innumerables veces por innumerables muchachas. A todas ellas quiero dedicar hoy este sentido poema, escrito en alguna velada de juvenil frustración, allá por los setenta del pasado siglo, cuando fui rijoso como el burro de Sancho Panza. No sé por qué pienso que algún posible lector masculino podrá sentirse más que identificado, retratado, en la desazón del amor y el deseo físico no correspondidos.

MUJER TURBADORA, HOMBRE MÁS-TURBADO

 
Sé que me ignoras, pérfida Gabriela,
que indiferente cruzas mi camino,
ajena al designio que determino
de hacer girar por tí la manivela;

mas puedo, en caprichoso duermevela
convocarte, cual ladino Aladino,
sin que veas lo enhiesta que la empino
soñando que tu labio me la fela.

Y aunque dudo que mi pasión trascienda,
degusta mi abyección y no te ofendas
de esta sed de tus formas seductoras,

 que en un Kleenex te guardo la ofrenda
del espasmo que consagra a tus prendas
medias noches, madrugadas y auroras.

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