sábado, 3 de mayo de 2014

From Madrid To Heaven

No recuerdo dónde leí que un factor agravante en las tendencias centrífugas, siempre latentes en el Reino de España, es ocasionado por el hecho de hallarse en el territorio de este viejo Estado dos núcleos de talla demográfica similar: Madrid y Barcelona. Esta situación, que no parece darse en la misma medida en Francia o en Inglaterra, donde Paris o Londres carecen de un contrapeso equivalente, volvemos a encontrarla, por ejemplo en Italia, donde Roma y Milán parecen enzarzadas en un pleito político con algunas notables similitudes al que, entre nosotros, parece ahora mismo abocado a la putrefacción.

Removal's Pond
El alineamiento de posturas en los frentes políticos que castigan nuestro enfermo solar patrio es notorio: las izquierdas son periféricas y, en cuanto a la organización estatal, se declaran, como mínimo, federales. Las derechas son centralistas y, en cuanto les ha sido posible, han montado mecanismos estatales de carácter unitario. Tras unos años de relativo apaciguamiento, en los últimos tiempos se ha vuelto al encono históricamente imperante. Al parecer, durante la transición política, entre muchas otras oportunidades, se perdió la de hacer un reparto equilibrado de las instituciones del poder estatal entre Madrid y Barcelona: al quedarse todas en Madrid, se invitaba al otro gran centro demográfico a sentirse desvinculado de la empresa colectiva y, por consiguiente, se le daba la oportunidad o la alternativa de montar su propio cortijo, como así ha sido: en vez de la co-dirección común, la dirección particular y propia.

Saint Geronimo's Career
Una de las más divertidas obsesiones recientes, en las fuerzas que aquí se autodenominan progresistas, es proclamar a los cuatro vientos la decadencia galopante de la ciudad de Madrid. Si uno atiende exclusivamente a los medios de comunicación afines a estas tendencias, imaginará sin duda que Madrid es una metrópoli dejada, sucia, desasistida y culturalmente muerta. Una especie de fracaso colectivo que, en las últimas ocasiones, se ha visto desestimado como sede de los Juegos Olímpicos, debido a su desastrosa gestión, a su paupérrima oferta en todos los frentes y al evidente marasmo en el que está sumida la villa y corte. Tiene menos turismo que Barcelona, carece de su iniciativa empresarial y su presencia no pasa de ser la de ese tumor mesetario que siempre sospechamos que se desarrollaba en el destartalado centro geográfico de ninguna parte.


Country House
Nada de eso advirtieron mis (débiles) ojos de visitante hace dos semanas cuando tuve la ocasión de hacer unos días de turismo por una ciudad abarrotada, llena de una Babel de forasteros y pletórica de una oferta cultural en la que el foco de nuestra atención se encaminó a la fundación Thyssen, para ver los cuadros del maestro Cézanne. Muy bonitos, oiga.

From Madrid To Heaven
En el paseo del Prado tuve ocasión de meterme en el Jardín Botánico. Había tenido noticia de que, sobre todo en primavera, valía la pena echar un vistazo y, desde luego, allí estábamos centenares de forofos sacando fotografías de flores (¡no soy el único chiflado!). A mí me gustó cómo me quedaron éstas de tulipanes que hoy me decido a colgar aquí (por ejemplo para homenajear a la ciudad de la que ya se sabe que, este año, va a ganar la Champions League, incluso antes de que se juegue la final, toma ya, ¿será una compensación por lo de las Olimpiadas?).





Tulibreads
Estuve poco tiempo, así que no alcancé a ver el aspecto decadente, fatigoso y descuidado de la ciudad. Otra vez será.

No hay comentarios:

Publicar un comentario