sábado, 28 de junio de 2014

Una Pesadilla En Mi Armario - Mercer Mayer

Es una verdad universalmente admitida ( “It is a truth universally acknowledged…”) que los niños gustan de medirse con el miedo. Eso explica la proliferación de fantasmas. monstruos, vampiros, cocos, hombres lobo y toda la caterva que puebla las fantasías y los productos destinados a su consumo. Sin ir más lejos, hoy en la piscina, mi hijo saboreaba con delectación una especie de cortezas de harina de maíz saladas, con toda clase de aditivos y colorantes (E-206… ) Unas tenían forma de fantasma y otras de murciélago vampiro. Y aún tiene un juguete que consiste en una momia horrenda, de goma muy elástica, a la que se le salta un ojo que rueda por el suelo. Lo “terrorífico” les mola.

Claro que, a veces, este coqueteo con lo aterrador se les va de las manos y entonces vienen las pesadillas, el no pegar ojo por las noches y el regresar a la cama de los papás… Es un hecho universalmente conocido, de nuevo.

Este microlibrito ilustrado toca el tema con ternura y humor. Si tienes un hijo entre cuatro y seis años, se lo regalas y se lo lees en la cama (jugando con fuego), con idea de que, entre los seis y los ocho años, lo tenga en la mesilla y se lo lea él solito (o ella solita). Fue publicado en España en 1982 por la editorial Altea (missing, difícilmente darías con un ejemplar), más recientemente ha sido editado por Kalandraka (y este aún se puede encontrar).


Para los niños que son vagos a la hora de leer, posee la indudable ventaja de que “tiene poca letra”: la mayor parte de la historia está relatada gráficamente, mediante unos deliciosos dibujos con un toque vintage. Mercer Mayer, escritor e ilustrador norteamericano, publicó este sencillo y encantador cuento en 1968. En él se brinda una campechana y efectiva receta a los más pequeños: “para combatir el miedo, nada mejor que hacerle frente”. Aunque la eficacia de este modelo pueda ser un tanto incierta, por lo menos se garantiza un rato de aliviado entretenimiento.


Por cierto, no hace falta ser muy perspicaz para ver aquí una de las fuentes de inspiración de la película de Pixar “Monstruos S.A.”, la cual toma prestada de esta historia una evidente directriz, aunque hemos de reconocer que Sulley es un monstruo mucho más atractivo y con mucho más carácter que la blanda y feúcha pesadilla dibujada por Mayer.

Aquí tenéis, pues, el cuento precursor. Espero que os guste. Vale la pena dedicarle cinco minutos, como hizo Alfonso Guerra, que lo sitúa entre sus once mil libros favoritos.













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