domingo, 21 de diciembre de 2014

Ajedrez. Adiós A Todo Eso

Utilizo para esta entrada el título en español de un libro autobiográfico de Robert Graves, en el que cuenta sus atroces experiencias personales en la Primera Guerra Mundial y el modo en que, pese a haber sobrevivido, fue alcanzado por la certeza de que el inexorable binomio guerra/tecnología habría de enterrar de manera definitiva el concepto cristiano occidental de civilización humana, que él había heredado (concepto, por otra parte, lastrado de una forma esencial por la hipocresía y la falsedad, no nos vayamos a pensar que era un carca conservador). El hecho es que, por un lado, vivió a partir de entonces largas temporadas expatriado en una especie de exilio o alejamiento y acabó yendo a establecerse en lo que, antes de la llegada masiva de los turistas, era el culo del mundo, en la isla de Mallorca y, por otro lado, dio a la luz un libro que debiéramos leer los votantes antes de echar en las urnas papeletas con los nombres de algunos cafres.

El caso es que, siendo el ajedrez un trasunto sublimado de la guerra, también ha sido alcanzado por el influjo aniquilador de la tecnología: los cazas y los drones son cada vez más rápidos, los carros de combate, más potentes y veloces, imperan los modos y conceptos de la blitzkrieg y, la antigua visión de un juego sosegado para pasar las largas veladas de invierno, es tan anacrónica como el “informator”, que los jóvenes jugadores ni saben lo que es, ni yo se lo iba a decir aquí, ¿para qué?

Closing Time (Tom Waits)

Adios Amigos (Ramones)

Los tiempos de reflexión concedidos a cada jugador por el reloj para el cálculo de jugadas, han descendido, desde las dos horas y media para el primer control a las cuarenta o cuarenta y cinco jugadas, hasta la hora y media actual para toda la partida. Un amigo mío se queja del asunto, diciendo que, al final, retirarán el tablero y las piezas y dejarán a los dos contendientes enfrentados tan sólo con el reloj por medio, dándole pim-pam, pim-pam, y al primero que se le agote el tiempo, pierde la partida: con veinte segundos sería suficiente para un espectáculo que, justo es reconocerlo, sería más mediático.

En honor a la verdad, debo decir que lo que a mí me ha retirado, es mi falta de reflejos para la competición (el tiempo es igual para ambos contrincantes, ¿no?) El caso es que no creo que vuelva a jugar torneo alguno, fuera del de Benasque, cuyo carácter vacacional me recompensa ampliamente del estrés de acarrear madera por un enigmático tablero. En mi club aún no saben esto, pero imagino que cuando se enteren, acogerán mi deserción con el adecuado alivio.

Me consuela la convicción de que no voy, después de dos o tres horas de estrujarme el cerebro, a jugar ya casi nunca una posición como ésta, a trote gorrinero, con un minuto de tiempo restante:

Blancas juegan y ganan.


Por si no vuelvo a las andadas con entradas del noble juego, explicaré que el blanco tiene que coronar el peón, pero mientras el alfil esté en la gran diagonal a2-g8, no puede pasar. Yo jugué 1. Cc5 y no fui capaz de ganar. Tarugo que es uno.

La clave es 1.Cg5! que amenaza Ce6 tapando la diagonal, con lo que se fuerza 1… Ag8, pero ahora, el caballo está bien situado y juega 2.Cf7 ¡Vaya por Dios! piensa el negro, si muevo el alfil, la cago. Acercaré el rey 2… Rd2 3.Rf8 ¡A mover el alfil! 3… Ah7  4.Cg5 otra vez y ahora, ¿dónde ir?

Ruina total: si 4… Ag6  5.Rg7 Ae8  6.Ce4+ Re3  7.Cd6 Ah5  8.Rh6 y ganan blancas porque el álfil ya no puede seguir controlando la casilla f7 y el peón corona, cual doña Leticia.

Y si 4…. Ab1, para recuperar la diagonal chachi, sigue 5.Ce6 taponando, con lo que hay que volver a 5… Ag6, pero tras 6.Cf4 Ac2  7.Re7 y al alfil ya sólo le queda el derecho a decidir entre 7… Ab3 8.Ce6 o cualquier otra jugada que permita 8.f2 ¿Chut-to o muet-te? No parece muy complicado… pero prueba a jugarlo en 20 segundos, 19, 18, 17….

Por cierto, si alguien pensó más de cinco minutos en el juego de los cuatro peones de la entrada anterior, llegaría a la conclusión de que el blanco gana moviendo 1.a1-a2 y, frente a cualquier jugada del negro, 2.b1-b2. Excepto si el negro ha jugado 1… b4-b3, que se gana tomando el peón. ¿Crees que debería aclararlo más? No sé…

Blancas juegan y ganan. Alucinante


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