sábado, 13 de junio de 2015

Tecnología Para Consumidores Y Tecnología Para Ciudadanos

Azuzado por algunas malas influencias, me veo recientemente llevando a cabo acciones en las que ni creo, ni confío en que sirvan para nada beneficioso. Me veo, como digo, reciclando papel y cartón, plástico, vidrio y otras basuras de las que quizá algún consistorio sepa extraer algún tipo de rendimiento que revierta (y esto ya lo dudo muchísimo) en prestaciones a los ciudadanos.

He sido empujado a enfrentar las diversas formas y variados colores de los contenedores que mi ayuntamiento ha sembrado por doquier, nombrando a los todos los vecinos basureros honorarios de la villa. En particular, hay uno de estos “containers” cuya tecnológica malevolencia atrapa y magulla mis torpes dedos con una frecuencia desesperanzadora… Sí, lo has adivinado, es el grandote azul para papel y cartón, ése donde pone, para realzar la sorna, “tu papel es importante” y que exhibe una pesada tapa abatible de fierro, más peligrosa que Espinete en una fábrica de condones. La estrecha ranura y su denostada tapa prensadedos tienen, supongo, una finalidad: evitar que, en los días de lluvia, el papel y el cartón absorban agua y el contenedor se vuelva pesado en exceso y su contenido, por tanto, inservible.

Cuidado con lo que echas
Recuerdo hace una decena (o tal vez una docena) de años, cuando semejantes mamotretos azules empezaban a orillarse en las calzadas, ver desde mi ventana llegar a un camión con una pequeña grúa y una carrucha: baja un operario, engancha el contenedor y se vuelve a subir a la cabina. Arranca el motor y la enorme caja azul se alza, gira, se despanzurra y esparce de modo majestuoso su contenido por medio de la calle, mientras el camión sigue su marcha ajeno al espectáculo y las ratas brincan alegremente en torno al festín (esto último tal vez lo esté rememorando mal, puede que me haya dejado llevar por la sordidez del relato).

El casting para Reciclator 2
Pero a donde yo quería llegar es a lo siguiente: se nota que el sistema está diseñado para los ciudadanos, si se destinara a los consumidores, no habría tapa asesina, ni serían necesarias tres manos para introducir papeles y cartones por la estrecha, desafiante y pertinazmente obstruida ranura, sino que habría un sistema simple y cómodo para depositar un fajo de papel o unas cajas de cartón en un compartimento lo bastante estanco y transportable.

Desde hoy los ciudadanos podrán cambiar
este horrible azul por rojo, malva o morado

¿Es que no me crees? ¿Te parece paranoia? Te pondré otro ejemplo, este decisivo: entra en una web para consumidores, por ejemplo Amazon o Redcoon. Allí todo es claro y lógico, la información es excelente, identificarse está chupado… Claro. Porque vas a pagar.

Ahora entra en una web pública: uso de la tecnología para ciudadanos, me da igual la Agencia Tributaria o cualquier otro organismo público, ya quieras consultar, reclamar, pagar, opositar, pedir hora, lo que sea… La información es confusa y opaca, la estructura es enrevesada, todo parece escondido y los términos son sólo aptos para un especialista en la administración pública… Sin contar con que además, identificarse puede ser un desafío.

Hasta aquí (abajo)
llegaron los recortes
A mí, el motivo no me lo preguntes. Eso sí, estoy seguro de que las nuevas administraciones harán de la tecnología en el espacio de lo público una cosa mucho más llevadera. Por algo son JASP (Jóvenes, Aunque Sobradamente… ¿Presuntuosos? ¿Petulantes? ¿Patanes?...  ¿Cómo era?)

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