miércoles, 28 de diciembre de 2016

Caranchoa, Español Del Año

Casi todos aquellos que suelen despedir el año con un balance, están de acuerdo en considerar que 2016 ha sido un año horroroso en la mayoría de los aspectos: cultural, deportivo, sociopolítico, tecnológico y no sé cuántos más que ahora no se me ocurren.

La lista de óbitos entre las filas de los notables es abultada. Los que gozan de fustigar la corrupción a todas horas se han quedado sin su diana favorita, tras el fallecimiento de Rita Barberá. Los que añoran el glamour revolucionario de algunos despiadados dictadores del siglo XX, han perdido al emblemático Fidel... Por lo que a mis preferencias afecta, me he quedado sin David Bowie, Prince, Leonard Cohen, George Michael y Carrie Fisher (so long, Princess Leia).


Así que, a falta de grandes logros, de personalidades señaladas, en este país de charanga y pandereta, cerrado y sacristía, devoto de Cristiano y de María, de espíritu burlón y de alma inquieta, el personaje más relevante que encuentro para representar, definir, acaso emblematizar, el año que agoniza es el bravo y agresivo Caranchoa.



Para los tres españoles que aún no saben de qué va el cuento, la cosa parece dar comienzo en YouTube, donde un ingenioso muchacho, provisto del alias de GranBomba, gasta a los viandantes la siguiente broma repetida: “Disculpa, X, me podrías indicar dónde está, cómo llegar a tal sitio, a tal calle o plaza...” En donde X es un ingenioso insulto, normalmente compuesto, los más simpáticos son: bocachancla, soplanucas, papanatas, escupemierdas, cabezalmendra, pichacorta, peloestropajo y... Caranchoa. El viandante abordado con estos epítetos queda bastante perplejo, normalmente se incomoda y pasa del irrespetuoso bromista. Nada que no hayamos visto en programas de cámara oculta, pero el gracioso comete un error y aborda a un trabajador un tanto estresado: “Perdona, Caranchoa, me puedes indicar cómo llegar a la zona comercial”. Y ahí se produce el famoso rifirrafe en el que la víctima del abordaje le suelta un sonoro sopapo, una hostia, una bofetada, una galleta, un soplamocos o un guantazo de antología.



Me río un rato y luego reflexiono sobre un incidente que me parece enormemente indicativo del estado de la nación. A esto hemos llegado o esto es lo que damos de sí, claro, ahí estamos, como de costumbre, descubriendo la penicilina cada dos meses. Olé nuestros huevos. El vídeo se hace viral, la fama automática alcanza a los protagonistas: como presiento que dentro de dos meses nadie nos acordaremos de ellos, quiero dejar aquí constancia de algo que delata la verdadera naturaleza de nuestras inquietudes como pueblo soberano. Caranchoa rompe moldes y le rompe la cara al atrevido cargante. Éstos sí deberían copar la gala de los Goyas.



La modelo que participó en un pase de lencería en misa, Zetta o los inventores del iPhone extremeño, el jotero discapacitado, el Rodrigorrero de los contribuyentes y un largo etcétera de genios patrios, tendrán que aguardar su oportunidad por lo menos hasta 2017. A no desfallecer, muchachos, lo habéis tenido en la mano.

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