viernes, 2 de junio de 2017

Papá Es Un Ogro - Marie Farré & Amato Soro

Los ogros son personajes fantásticos de gran predicamento en los cuentos infantiles clásicos y modernos: a los niños les produce un horror no exento de fascinación la posibilidad imaginaria de que se los coman. Los adultos, conscientes ya de ser indigestos, hemos renunciado a semejante espanto. No sólo los repulsivos y ficticios ogros, otras criaturas más reales se disputaban el pavor de los críos cuando yo era pequeño, pero todos han declinado en capacidad de espanto: los lobos, gracias al doctor Félix Rodríguez De La Fuente, aparte de convertirse en especie protegida, poco menos que han alcanzado la reputación de mascotas; las brujas, después de ver en la pantalla a Hermione Granger, tan guapa y tan lista, tienen en la infancia un prestigio mayor que sus señoritas de infantil y primaria; en cuanto a los otrora terribles tiburones, tras el visionado de “El Espantatiburones” raro será encontrar a un niño que no piense que los escualos son todos veganos y un tanto gays.

Quedan, en el bando atemorizador pues, los nauseabundos y temibles ogros, que pueden ser familiares e indulgentes, como el verdoso Shrek, pero que no dejan de ser fieros y apestosos.



El cuento que he escaneado hoy es de un ogro que es padre y es un desastre como ogro y como padre. Los padres desastrosos pueblan en el presente los cuentos infantiles, se diría que la figura del padre anda un tanto desacreditada en nuestra sociedad actual: por eso hay tan pocos. “El analista sabe que la familia está en crisis, desde hace generaciones, por falta de padres”, canta el gran Battiato en el grandísimo tema “Ocaso Occidental”. Bueno, pero en este cuento, una vez desmitificado el padre, el hijo sigue la senda inevitable, por eso me gusta y lo he traído aquí. Así pues, léeselo con amor a tus hijos, si quieres que un día sigan tus pasos. Y si no, que se lo lean ellos, que para eso los mandas a la escuela.


Este texto es original de una escritora francesa, Marie Farré, nacida en Toulouse, y no tuvo demasiado éxito entre mis alumnos, pese a que yo se lo recomendaba con insistencia. Me gustaba su fresca y desaliñada atrocidad y la sorprendente viñeta que remata la historia. Para ellos, tenía demasiadas elipsis y el final no les quedaba claro. No me rindo: a ver si tú lo disfrutas. Un click de ratón agrandará todas las imágenes, que también puedes descargar, imprimir y llevar a encuadernar, aunque te saldrá por un ojo de la cara: mejor, compra el original que aún está disponible.























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