viernes, 1 de septiembre de 2017

Sortilegio 155

Pese al desinterés que, por activa y por pasiva, atesoramos y exhibimos, no hemos podido sustraernos a la cifra machaconamente insuflada por periodistas, tertulianos, políticos y otros agoreros profesionales: el 155.

 - Dígame, señá Benita, ¿usted cree que es oportuno aplicar el 155?


 - Hombre, si han fallao el 153 y el 154, no habrá más remedio...




Pertenezco a la extensa pléyade de ciudadasnos que, o no hemos leído la Constitución en absoluto, o le hemos dado un distraído vistazo. En mi caso, inicié alguna lectura asaz descuidada, cuando preparaba en la escuela alguna clase de Educación para la Ciudadanía, aunque esta materia acabó centrándose más en respetar los derechos de los menores transexuales y ponderar los logros de razas más interesantes que las indoeuropeas. La lectura de la Carta Magna me aburría rápidamente y acababa considerando que aquello era un asunto más bien de leguleyos y otras gentes tocadas, o más bien, togadas.




Es como si pensáramos que la democracia y los derechos ciudadanos se dan de manera absolutamente espontánea en los árboles y, en todo caso, ya habrá algún pringado que los pode, los abone y los fumigue si semejante molestia fuera necesaria, ¿verdad? A mí me da una envidia pasmosa cuando en las pelis americanas, los protagonistas salen con aquello de la Segunda Enmienda y todos fingen conocer, respetar y apreciar, desde la escuela, el articulado de su Ley Fundacional, de la Constitución de 1776 que, al parecer, recitan de memoria. Soy consciente de que el guion está estilizado, los personajes están embellecidos y la realidad está edulcorada, y allí, como aquí, también habrá cernícalos, boniatos, piratas y borricos. Allá como acá, “de cada diez cabezas, nueve embisten y una piensa”. Antonio Machado dixit, el okupa de la placa de una plaça de Sabadell. (Por cierto, es falso que el informe encargado por el municipio aconsejara renombrarla Plaça del violador de l’Eixample o Plaça dels executors de Bultó, como han difundido algunos medios hostiles a la CUP).




Pero bueno, volvamos a la Constitución Española de 1978 (que en Cataluña obtuvo la despreciable cifra de un 90 % de votos a favor, quizá debido a que tan sólo 2 de los 7 ponentes o redactores de su enrevesado texto eran catalanes), y a su artículo 155, del que aquí se habla últimamente hasta en los bares, “marchando un 155 con leche del tiempo”. Tengo que reconocer, con indisimulado bochorno, que no he leído nunca el artículo de marras, así que entro en la página del BOE, descargo el texto constitucional de 1978 en PDF, elijo el idioma y esto es lo que pone, tal cual:


“Artículo 155.  1. Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general. 

2. Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas.”



El texto, la verdad, parece bastante pertinente al caso, si uno se toma la molestia de escuchar a las autoridades de cierta comunidad autónoma que se pasan por el forro diariamente, desde hace un lustro más o menos, las obligaciones que la Constitución les impone, el interés general de España y cualesquiera otras consideraciones o responsabilidades que la representación del Estado en su territorio les reclame. Nada. Ni puto caso. ¿Se ha tomado el Gobierno semejantes molestias? A tenor de sus actos, parece bastante dudoso, aunque, ¿qué podría hacer en realidad? “Dar instrucciones” no es muy preciso. Igual ya las ha dado y el terco adalid de la desconexión no las ha descifrado, o las ignora, y entonces ¿qué? ¿Se le lanza un sortilegio que lo degrade de Presidente electo a parado de larga duración, o más útil todavía, a barrendero con contrato basura? Ay las leyes, qué seguimiento tan desigual, mientras las leyes antitabaco se aplican a rajatabla (prueba a encenderte un cigarrillo en el tren, si todavía para alguno en tu pueblo), la pobre Constitución languidece en la inopia del Derecho, qué fracaso colectivo.



Voy a terminar esta recalcitrante monserga, con dos citas literarias que vienen a cuento y me vienen de fábula:


“No hay camino más largo que el que no conduce a ningún sitio”.


“¿De qué sirve una ley justa y válida si no se puede hacer cumplir?”


Ignacio Martínez de Pisón, de su novela “Derecho Natural”.


Pues eso.

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