miércoles, 30 de mayo de 2018

La Uruguaya - Pedro Mairal

Pedro Mairal, no lo digo en broma, con ese nombre y apellido, pensé que era un escritor de Huesca, y no, se trata de un escritor nacido en Buenos Aires en 1970, un hombre que ya tiene cierto reconocimiento y que, con esta novela, "La uruguaya", parece haber alcanzado un grado de consagración importante a nivel de crítica y público.

Mi afición a los hit-parades me llevó a tropezar en el suplemento "El cultural" del diario "El mundo" con este título en el apartado "mejores novelas" en español de 2017. He leído unas cuantas que me han parecido poco interesantes y luego me he topado con "La uruguaya" de Mairal que, por fin, me ha dado un buen pelotazo en la cara, muy estimulante, te la recomiendo al 100%.



Con este texto tan sugestivo, podrías establecer un forcejeo de, como mucho, entre dos y tres horas que te va a dejar extenuado. Es breve y se agradece, no por la dureza ni  por la pesadez de un relato ágil y vivaz, pero sí por la intensidad emocional de un pasaje, de unos aconteceres, que relatan un cosmos en apenas un día en la vida del protagonista.


Un personaje/narrador tan temerario e incoherente, tan embrollado e irreflexivo, que tanto tú como yo, incautos lectores, no tenemos escapatoria: estamos atrapados en una identificación, en un reconocimiento que nos llevará a sufrir, sintiendo las ambiciones, infortunios y desaciertos de Lucas Pereyra como propios.


Un relato contado desde una vehemencia que nos hace partícipes del destino del tal Lucas, un apasionado e irresponsable cuarentón casado, un escritor sin blanca, que se dispone a un periplo de una sola jornada que lo llevará de Buenos Aires a Montevideo, de donde regresará siendo otra persona mucho más aperreada y algo más... ¿sabia? ¿madura? Yo qué sé.



El porqué de tal viaje lo explica Mairal en este pasaje:  «Había abierto en abril la cuenta en Montevideo. Recién ahora en septiembre me llegaban los anticipos de España y de Colombia de dos contratos de libros que había firmado hacía meses. Si me transferían los dólares a la Argentina, el banco me los pesificaba al cambio oficial y me descontaban el impuesto a las ganancias. Si los buscaba en Uruguay y los traía en billetes, los podía cambiar en Buenos Aires al cambio no oficial y me quedaba más del doble. Valía la pena el viaje, incluso el riesgo de que me encontraran los dólares en la aduana a la vuelta. Porque iba a pasar con más dólares de los que estaba permitido entrar al país.» Aun en este párrafo (y es uno de los más densos de la novela), se ejemplifica el estilo con que está escrita: frase corta, económica, clara y contundente, simple y ágil, efectiva. Debe haber podado de lo lindo para explicar el corralito argentino y sus consecuencias con tan poquísima paja.


Si eres hispanohablante de este lado del Océano, debo prevenirte de que el libro está escrito en el español de Argentina. Poco o nada dificultoso si de joven leíste Mafalda, entonces ya sabes lo que es la heladera o el lavarropas, así que sólo necesitarás un poco más de contexto para saber lo que es cogerse una mina en un telo, pero bueno, sobrevivirás (con el interés intacto, creo).



Hace muchos años, para señalar que una película tenía lo imprescindible y lo esperado, decíamos: "emoción, intriga y dolor de barriga". En esta breve novela, la emoción viene de la mano de amores con giros imprevisibles, el de la esposa, o el de la joven uruguaya (una pasión pujante, inmadura y arrolladora); la intriga la pone el asunto del dinero, ¿logrará Lucas hacerse con los dólares y ponerlos a buen recaudo? Y el dolor de barriga también surge, casi al final, pero esto no te lo chafo. Rotunda y poliédrica, esta historia que más bien tendría que ser triste y deprimente, me ha hecho reír a carcajadas... sin dejar de conmoverme. Ah y me ha iluminado en sutiles diferencias que ignoraba, entre Uruguay y Argentina, algo que a miles de kilómetros piensas que no vas a entender ni te va a interesar, pero te acaba cautivando, qué cosas.

jueves, 17 de mayo de 2018

Unión Europerra

"¿Justicia belga, eh? Menudo oximoron, en un país donde se escapan los terroristas, los pederastas y los golpistas, en el mismo tribunal, haciendo peinetas y pedorretas a jueces, fiscales y otros carcamales". Observaréis, por la afición a la rima fácil que, el que así habla, es mi amigo el Resentido, que se ha rapado la hirsuta pelambrera que rodeaba su rotonda y se ha tatuado en la nuca la cruz de Santiago. Está horrible y decrépito, igual que siempre.

Como lleva cuatro o cinco cervezas en su panza desmesurada, continúa hablando, o sea, pontificando: "¿Tú te acuerdas de aquél miserable descerebrado que mató en Cuenca a su novia y a otra pobre chica, las enterró en un descampado y se fue en coche, huyendo hasta Rumanía, donde lo pillaron gracias a que el muy idiota no había desactivado el localizador del móvil? Lo reclamó la justicia española y, a las pocas semanas lo entregaron." "Claro tío, fue un suceso muy sonado." "Hombre, hubiera sido más sonado si las feministas hubieran armado uno de sus habituales alborotos, pero a lo que yo iba es a que el impresentable aquél se equivocó." "Joder macho, un delito tan grave es ya una equivocación muy funesta ¿no?" "Bueno, pero lo que yo quería decir es que el maromo equivocó el rumbo de su huida: imagínate por un momento que se va a Bélgica. Se cursa la orden de detención, la euroorden, que dicen los pijoteras y el tío, tan tranquilo, que si las garantías jurídicas, que si el delito de doble asesinato no está tipificado en Bélgica del mismo modo que aquí, que si defectos de forma. Igual que en Rumanía lo entregaron en tres semanas, en Bruselas llevarían más de treinta meses toreándonos y es que se creen autorizados a todo, piensan que somos un país de mierda, que aquí solo hay camareros y limpiadoras y que nos pueden ningunear sin problema. Pero a esos giliflautas esta vez les va a salir el tiro por la culera: aquí van a descuartizar España de gratis, pero a continuación la comunidad europeorra se irá a tomar por culo en cuatro temporadas de otoño."

Apoyo atómico a la causa independentista

Me muestra el periódico, el de la Brunete mediática, claro y al fin sé a qué se refiere: "Bruselas ha denegado la extradición de los golpistas por un defecto de forma en la solicitud que han tardado cinco meses en detectar, eso es dislexia, sí señor". Para aplacar su cólera, le pago las cervezas mientras le digo sin mucha convicción:  "bueno, pero estos no han matado a nadie..."


"Dales tiempo", me contesta, se levanta y se va. Siempre se va con la última palabra, pero me deja pensando, ¿qué es más grave, un doble asesinato o promover un conflicto civil que puede llevar, Marta Rovira dixit, a "un baño de sangre"?


El éxito editorial que conmocionará Europa

Bueno, yo no considero que lo de la justicia belga sea para tanto, a mi modo de ver, la untuosa y prepotente Comunidad Europea no va más allá de una unión monetaria, por eso escribo en el título Europerra, porque solo está referida a la cosa de las perras, por lo demás, a mí no me resulta ni más ni menos ajeno un belga que un marroquí, o sea que mucha comunidad tampoco hay. El antieuropeísmo del Resentido no va más allá de otra de sus poses: no se va a renunciar a esta unión de comerciantes y mercaderes que parece haber traído un cierto bienestar material (y una buena dosis de anestesia), por un quítame allá estas pajas jurídicas. ¿O sí?


Fake flag 1. La quise diseñar ¡y ya existía! Los EUC

¿Alguien piensa seriamente que el euroescepticismo puede prender en España como ha prendido en Italia o Francia?¿Que hay por ahí un Juan Marino El Pene capaz de aglutinar el descontento que nos produce tanto intervencionismo, tanta chorrinormativa y tanto sinvergüinepto colocado con un momio de dietas, viajes, sinecuras, prebendas y disfrute de gabelas, por no hacer aparentemente nada en Bruselas, en Estrasburgo o en Eurodisney?


Fake flag 2. La futura bandera de la CEE

Eso por un lado, y por otro, tanta inanidad, tanta desidia, tanto camelo, tanto fraude... Yo, hace un mes, no lo hubiera creído posible. Ahora lo creo altamente probable: cuando las potencias que quieren desestabilizar a la muy insustancial CEE sepan cuál puede ser, aquí en Expaña, la otra pata de la pinza, igual pueden financiar y sacar de la nada a la vieja autarquía... Cosas veredes, amigo Sancho.

sábado, 12 de mayo de 2018

This Was Euskadi

Quizá, en el futuro, tengamos presente al 2018 como el año de la desaparición de ETA. Yo personalmente lo dudo muchísimo, considerando que no se han cercenado, ni de lejos, todas las cabezas de la funesta hidra.

Hidra que, con singular tesón, dio por saco a dos generaciones de españoles, mató al librero de mi pueblo y a 900 personas más, capitalizó la vida política mucho más allá de lo que habrían deseado los ciudadanos decentes, de haberlos habido en este aporreado país, y creó uno de los más siniestros focos de violencia gratuita, malestar público y argumentación vomitiva.


Por desgracia, disiento absolutamente de todos los que afirman que este horrendo horror "no ha servido para nada". Y es que lamento constatar que no es así: a mí me queda la sensación de que han ganado.



Han conseguido sus objetivos políticos: ellos o sus arteros padrinos, testaferros y beneficiarios gobiernan en el País Vasco y Navarra. Con su última simulación, han logrado que, en los medios, se hable más del acercamiento de los presos (que, en meses, pueden verse alojados en el Astoria 7 o en el Domine Bilbao) que de las víctimas (de las que, en TV3, se reían sanamente, mano a mano, "¡eso dice la policía! Je, je" presentadora y asesino. En la SER, el día del fatuo, ridículo y no patriarcal comunicado de los de la caperuza kukluxklánica, a las víctimas ni se las mencionó, hablaron, eso sí, con el juez Garzón, que dijo tener "mal sabor de boca por lo de los GAL", el juez Halazón, eso es honestidad, sí señoría, en vez de ensañarse con los ¿300? criminales que se están descojonando, inmunes a togas y pelucas, porque no los han pillado ni se les espera)...


A los fiambres, que les frían un paraguas, al fin y al cabo casi todo eran maketos y txakurras. Y me tomo tiempo si no acaban en la memoria "histórica" como "enemigos del pueblo" (no "vasco", del "pueblo" a secas, ¿verdad, Pablo Manuel? Y es que los demás también lo vamos entendiendo.



Sin embargo, no creo que se haya ido ETA para siempre: el día que necesiten acelerar algún "proceso", o configurar un nuevo "escenario", ¡Pum! aquí tendremos a ETA auténtica, o reconstituída, o escindida, y los de Ciudadanos caerán como conejos (ojala me equivoque, me pongo la mano en la frente y así toco madera).


Bueno, tenemos el comunicado solemne... pues voy yo ¡y me lo creo! Los etarras se han vuelto buenos y, a partir de ahora, van a dedicarse a combatir el maltrato global y el calentamiento animal, al misticismo sufí, a las prácticas veganas y a formar unidades familiares no patriarcales, estilo comuna anticapitalista suiza, aunque, ay, en una noche de añoralgia pueden echar de menos la opulencia que les traía el "impuesto revolucionario", o la sublime sensación de poder divino, que debe dar apoyar el frío cañón de un arma en el occipucio de un individuo que, con el miedo, se lo está haciendo encima; el paintball no es lo mismo, supongo, aparte de que te pueden saltar un ojo, cosa que jamás haría un prisionero maniatado en un zulo.



Lo que sí será el 2018, es el año de la desaparición de Interviú, institución algo menos lamentable que la citada en el comienzo, pero que parecía igualmente imbatible; llegó a vender cerca de dos millones de ejemplares semanales en el último cuarto del pasado siglo, combinando una fórmula que parecía imperecedera: culos y tetas, con amarillismo político disfrazado de rebeldía progresista, antifascista y alarmista...


Guardo, desde hace casi 20 años, estas repugnantes páginas tituladas "This is Euskadi", están escaneadas con pocos medios, así que si tratas de leerlas te pueden sangrar los ojos; sin embargo yo te recomiendo el esfuerzo, porque la bajeza con que pueden ser tratados algunos temas en los medios y la inanidad del público sometido al aplanamiento intelectual y moral, que parecen tan actuales, son de hace 20 años, de hace 40, de hace 80, vamos, desde que poblamos el planeta las masas inermes y ávidas de inmundicia.


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Ah, y ¿ves como han ganado? hoy se titularía "This is Euskal Herria"; hoy, además, sin culos ni tetas, cuya exhibición responde a gustos y preferencias netamente patriarcales (y obsoletas). Ya predijo Dalí  (en TVE, lo juro) que se avecinaba una era de puritanismo y castidad.


Concluyo con una perla encontrada ayer en la edición digital del Periódico de Catalunya:


Urkullu: "No es ético hacer sufrir a las familias de presos de ETA".


Me pregunto qué significará "ético" para este albacea de los  depredadores... ¿Y qué es ético para las familias de los muertos? ¿Escuchar en TV3 que eran unos "chivatos"? Ah, empatizar con los terroristas y la ética del "todo vale desde nuestra superioridad moral", ya te capto.



No pidáis perdón, chicos, yo tampoco lo pido cuando me descojono de risa, cada vez que me acuerdo del graciosísimo incidente en el que a Olaia Castresana se le fue la olla. Desde luego, tampoco es como para empatizar conmigo, la gente, en ocasiones, somos himphames, hinpresetavles y bomiti boss.

miércoles, 18 de abril de 2018

Humanidades Y Digestión

Estoy en una especie de caverna de Platón, con las paredes empapeladas con titulares de periódicos y tengo la sospecha de que la realidad política, social y económica, aquella de la que se ocupan las mal llamadas ciencias, mal llamadas humanas es, en nuestros días, de una complejidad rayana en lo inaprehensible, yo ni la aprendo ni la aprehendo; todos mis esfuerzos encaminados a estudiar, a informarme, todos mis esfuerzos orientados a la comprensión básica de estos fenómenos, tropiezan, puede que debido a mi escaso talento, puede que debido a la poca fiabilidad de cualquier fuente actual, con un muro de confusión e impenetrabilidad que me arroja, una y otra vez, como un Sísifo iletrado, a las tinieblas del no saber. Parece mucho más sencillo, por poner un ejemplo, resolver el cubo de Rubik con los ojos vendados, que desentrañar la política de subvenciones a la cultura de cualquier gobierno regional.

Por eso me llama tan poderosamente la atención, casi todos los días, el empeño de muchos de mis compatriotas de acogerse a interpretaciones sencillas, a soluciones simples y a valoraciones superficiales, altamente teñidas de filtros ideológicos.



Yo que dudo sistemáticamente, de una manera tanto o más radical que Descartes: en ocasiones me parece que estoy como pensando, luego tal vez exista a ratos inciertos... Así pertrechado, no comprendo las seguridades ajenas, “sí hombre sí, esto es así, porque lo digo yo y tú eres un puto imbécil, como todos los tuyos”. Pienso que si supiera quiénes son los míos, ahora mismo los llamaba y te ibas a enterar... Determinados grupos políticos, mediáticos, determinados entes sociales, van de certeza en certeza (y de cerveza en cerveza) con una naturalidad que nunca se desgasta, sin preocuparles prueba o testimonio de una verdad que poseen desde que el mundo es inmundo; a veces, desde mi posición de enseñante, he tratado de filtrar algún compromiso de verificación con conformidad a hechos y me han mandado a tomar por el culo: las evidencias de según quién no necesitan someterse a demostración. Con harta frecuencia me quejo de que la lógica parece haber retrocedido 2600 años y haber regresado al vetusto argumento de autoridad, aquél que acredita los libros sagrados, o el programa electoral de Podemos.


Como muchas personas, tengo un fuerte complejo de inferioridad frente a gentes más asertivas: algunas de las que se manifiestan entre aquellos de mis contemporáneos que han accedido a algún tipo de altavoz, rayan en el autoritarismo mental y ni siquiera parecen respetar mi derecho a sentirme perplejo.



Centraré mi atención, hoy, en el montón de yihadistas laicos que me acobardan desde su superioridad moral autoproclamada. Este es un fenómeno exclusivo de las sociedades libres y plurales. En las sociedades cerradas y sometidas, como la España de hace 60 años, no cobra ningún sentido, ya que el grupo dirigente se arrogaba, no solo la superioridad moral, sino todas las demás: económica, lingüística, étnica, jurídica y física (o sea, la fuerza).


Por lo tanto, sólo tiene sentido interrogarse por qué, en una sociedad abierta, un grupo consigue establecer unas pautas a las que debe atenerse todo lo políticamente correcto. Después vienen las lecciones de ética, las consideraciones estéticas, las descalificaciones globales, las sensibilidades acordes con nuestro tiempo y los linchamientos en las redes sociales.


Señores del jurado: no me gusta la ópera (con más gusto escucharé “El muerto vivo” de Peret), no me interesa la gastronomía (prefiero un Burger King, también son expertos en la deconstrucción de la ternera), no simpatizo con la causa palestina, catalana ni antitaurina, no adoro las mascotas, es más, ningún animal me atrae lo más mínimo fuera de la hondonada circular del plato, no reconozco haber jamás ejercido discriminación por razón de sexo (salvo al follar), de raza, de confesión religiosa o de grupo cultural o lingüístico (solo entiendo dos o tres idiomas y bastante mal)...  En este momento, advierto con alarma que las doce miembras del jurado levantan la vista de sus móviles, fruncen el ceño y, no sé cómo, me doy cuenta de que todas han remitido el mismo WhatsApp al magistrado. “Culpable”. De inmediato, el magistrado se remueve en su sitial, llama a los guardias judiciales y susurra el veredicto. “Empalado público al amanecer. Sin lubricante”.


Voy a quejarme de la judicialización de la vida onírica y me despierto bañado en sudor: miro el reloj y son las dos de la madrugada. Me prometo a mí mismo no volver jamás a cenar pizza siciliana, ni barbacoa, ni napolitana... A mi edad, un puré de calabacín, o de puerros, seguido de una cuajada o un yogur, me harían soñar con las verdes praderas y los arroyos cristalinos de mi infancia, que luego mi adolescencia pobló de ninfas y náyades con uniformes de colegio, en vez de esta enojosa e inconsistente alucinación que he transcrito antes de que, con las luces del alba, se me extravíe para siempre.


"Dancing Queen" 1, 2 y 3, photos by Himphame.

domingo, 8 de abril de 2018

Numancia En Su Discrepancia

Me he dado cuenta de que las novelas históricas ambientadas en la época romana llevan bastante tiempo de moda por estos lares. He decidido probar, por si llego a tiempo de beneficiarme del tirón editorial pero, apenas comenzada la empresa, me he dado cuenta de sus riesgos y dificultades. Verbigracia:

“El centurión miró fatigado los muros de aquél villorrio, coronados por tres gallinas que picoteaban al azar en la piedra, de donde sacaban chispas. Hacía tres idus que en aquél recinto faltaba totalmente la comida, la bebida, el tabaco y la conexión a internet, por este motivo, aquellas escuálidas aves que ponían huevos del tamaño de guisantes, no tenían acceso a los gusanos que otrora habían coronado su dieta, pues éstos constituían uno de los más deliciosos manjares que se podían encontrar en los restaurantes de toda Numancia, gusano al pil pil, gusano a la chilindrón e, incluso, gusano revuelto con boñiguitas de conejo fritas, la delicia local, mmm...


Sólo los pocos adinerados entre los habitantes de Numancia podían permitirse estas delicatessen, viéndose los más obligados a digerir cortezas de aliagas, raíces de esparto, pinchos de enebro (las bayas eran también para los pudientes), e incluso sus propios excrementos secos, aderezados con lametones a los huesos de una burra que llevaba muerta desde los tiempos de Asdrúbal, mucho antes del sitio al que los romanos habían sometido a esta pequeña, orgullosa y testaruda ciudad.



Desde la crisis de la administración del íbero Zapatero, la estrella de Numancia había comenzado a declinar: apenas se veían ya cuadrigas tuneadas, antenas parabólicas ni antorchas perfumadas, todo había empezado a oler a estiércol y a carroña caducada y para colmo, desde que los romanos habían comenzado su asedio y cortado el agua, no funcionaban las duchas del polideportivo municipal. Se había acabado usando la de las piscinas, para cocer una insípida sopa de zaborro y, bueno, para qué, la situación devino insostenible.


El centurión recordó cómo había llegado a principio de verano con el ejército romano, comandado por Publio Cornelio Escipión Emiliano, alias el Africano, con la intención de rendir la plaza con un asedio inmisericorde: durante las primeras semanas, aprovechando que las murallas no eran muy altas, los invasores se encaramaban a ellas y desde allí insultaban a los sitiados dando grandes voces: “¡Paletos calcolíticos! ¡Pastores de ladillas! ¡Pelendones! ¡Palurdos Mesetarios! ¡Mojigatos! ¡Pelaos de frío!” Y otros vocativos encaminados a dejar la moral de los pobladores indígenas por los suelos.



Después, los legionarios dieron en celebrar ostentosos botellones (llamados en aquélla época, anforones) durante la noche entera, en todo el perímetro exterior de la muralla, no dejando conciliar el sueño a ninguno de los moradores de la ciudad celtíbera y excitando su sed, lo cual llevó a éstos al borde del ataque de nervios. Además, los romanos borrachos se orinaban y potaban en los otrora impolutos sillares del muro, desacreditando a la futura joya arqueológica.


Por último, los romanos exigieron del pueblo numantino que abriera sus puertas a la invasión turística que, en carruajes procedentes de todas las orillas del Mare Nostrum, vinieron con el propósito de encarecer los alquileres, acompañar a los romanos en sus ruidosas saturnales, vagar por los rincones de la antaño tranquila ciudad en muchedumbres ávidas de aventuras emocionantes y experiencias exóticas, pues exótico les parecía este remoto rincón de la atrasada Hispania y estaban deseosos de hacer plasmar las milenarias costumbres de los autóctonos en vasijas baratas con pinturas de pésimo gusto, para llevarlas de regreso a sus lugares de origen y tirarse el pegote. El caudillo numantino Merdancho negó la entrada a las hordas visitantes y propuso a los suyos que se inmolaran antes de pasar por tan afrentoso agravio.



El centurión suspiró y recordó a aquélla joven arguellada que, antes de verse reducida a la esclavitud, había optado por degollar a su madre política y lanzarse, desde lo alto del muro, sobre las lanzas de los legionarios en formación, coronando con su carne famélica un improvisado estandarte; un anciano desesperado, había devorado un diccionario de latín, pereciendo de resultas de las flatulencias  que en su colon indefenso produjeron las páginas de tan aborrecidos vocablos, “¡jamás aprenderemos una lengua imperialista!” habían coreado los numantinos, que se inmolaban prendiendo fuego a los gases mefíticos que su inflamado líder expelía.


Una ciudad fantasmagórica y calcinada había recibido a los taciturnos vencedores. El más absoluto silencio les daba la bienvenida a las ruinosas callejas devastadas. En cada portal, un rótulo anunciaba la universal claudicación: “se vende”, “se alquila”, “se traspasa”, “liquidación por cierre del negocio” y otros por el estilo.


“Vae victis”, pensó el centurión.”



(Continuará. O no.)

miércoles, 4 de abril de 2018

Nieve Y Algo Más Sobre El Castillo De Monzón

Hará cosa de cinco o seis días que el invierno ha abandonado por fin estas latitudes. Esta temporada, ha disputado una animada prórroga y el comienzo oficial de la primavera, en el hemisferio y en El Corte Inglés, lo ha sorprendido resistiéndose a perder la ventaja que llevaba en el marcador antes de caer derrotado.

A finales de febrero, incluso, se había permitido una incursión muy rara vez vista en estos campos de juego: tiró del manto blanco de una modesta nevada que, es una jugada muy muy poco vista en estas latitudes.




La chimenea del parque de la Azucarera alza airosa sus setenta metros de ladrillo sobre una discreta nevada que cubre el suelo con apenas tres centímetros de nieve, ¿sabes cuánto hacía de  esta última visita del blanco elemento por aquí? ¡Doce años, colega! Si no he estado desatento o distraído, fue la última vez que la nieve llegó a cuajar por estos andurriales.


Hace mucho tiempo estuve haciendo turismo familiar en Jerez de la Frontera. Una joven me preguntó allá que de dónde era yo y, menospreciándo la posibilidad de que Monzón fuera conocido a más de mil kilómetros de distancia, le contesté que era "de la provincia de Huesca", lo que la hizo exclamar, mirándome como yo miraría a un esquimal "¡Jesús, Huesca, qué carretadas de nieve debéis de tener todo el invierno amontonadas por allá!" Le expliqué que así era en las zonas más altas de la montaña, pero que en el llano las nevadas eran casi tan raras como allí.




Doce años nada menos, y encima casi no fui capaz de hacer una sola foto ya, no me encontraba bien y no pude salir. Tengo que echar mano de la foto que un amable colega me pasó, eso sí, en papel, porque él es antiguo y, como está muy bonito el castillo con su grúa de la enésima rehabilitación y su prestancia blanquecina, pues la presento aquí. En el haber de la imagen, destaco su airosa composición y, en el debe, un apreciable viñeteado, debido a que mi amigo considera que todas las cámaras digitales son iguales y nada justifica gastarse más allá de ochenta euros en una. Yo se lo agradezco y la comparto, ya que la ocasión lo merece.




Y, abusando de que sale el castillo en obras, aprovecharé para contarle al forastero la controversia más enconada que mis convecinos llevan dirimiendo en los últimos cuarenta años a costa de la estatua que corona el susodicho castillo:


En lo más frondoso del régimen nacionalcatólico que gobernó el Estado este, allá por 1950, Hidro Nitro Española, decana de las empresas industriales de Monzón, hizo donación de una estatua del Sagrado Corazón de Jesús, que, con gran ceremonial festivo y oficial, amenizado con cánticos de los niños de las escuelas de entonces, fue implantada en lo alto del castillo, sobre un recio pedestal, con una jactanciosa leyenda: "Reinaré".


Liquidado el régimen confesional, a partir de 1975, surgen dos bandos respecto a la presencia de la estatua: para unos es un funesto recuerdo de la dictadura, amén de la cosa de hormigón más fea que dicen haber visto en su vida, daña la línea estética del castillo con un apósito advenedizo y cantoso y debe ser removida de tan eminente lugar, para que sus fieles la pongan donde no incomode ni moleste.


Para otros, forma parte de la historia y de cómo es percibida en el sentir popular la imagen del castillo, la estatua se ha integrado en él y muchos de los vecinos la consideran parte de un símbolo local.


En los últimos tiempos, parece ser que un dictamen técnico ha señalado que, el tonelaje del Sagrado Corazón de marras, compromete la integridad estructural del castillo y está casi aceptado que el monumento sea removido de su emplazamiento y trasladado a otro lugar sin determinar. Pero como siempre que hay sentimientos encontrados, los partidarios de la presencia pétrea del Cristo se resisten activamente a que despegue del castillo y aterrize en un solar... A los contrarios a su estampa, preponderante y abusiva, no les queda sino desear, en estos momentos, que el contrapeso de la enorme grúa Liebherr, alzada con motivo de las actuales obras, caiga accidentalmente y fulmine al molesto símbole de tiempos pasados.


Porque si no, la cosa seguirá, como siempre, yendo para largo.

domingo, 25 de marzo de 2018

Matemáticas Y Diversión 26. Soluciones A Los Problemas Anteriores

Bueno, una vez más intento abordar con seriedad y con la más artesanal y analógica de mis letras, las soluciones a los problemas que compartía hace unos días.

Cuando me ha sido posible, he acometido dos niveles de complejidad, el propio de EGB/ESO y otro más avanzado, con alguna herramienta adicional. Los problemas están en el mismo orden que en la publicación anterior:

Primero el de la condenada cajita de cartón.



Luego el de las insidiosas monedas con la cara de Pitágoras.



Y para terminar, el de los mareantes círculos inscritos.



miércoles, 21 de marzo de 2018

Matemáticas Y Diversión 25. La Olimpiada Matemática

Me cuenta el paseador de perros del grupo de trabajo que elabora el informe de recomendaciones para el Pacto Social y Político por la Educación que, una vez establecida la imprescindible atonía igualitaria en el sector, él, que fue a los maristas de Zaragoza y casi llegó a participar en el programa televisivo "Cesta y puntos" como zaguero de los empollones de su colegio, echa de menos con un punto de nostalgia, dice, algún escondido signo de excelencia educativa.

Comparto su desdichado y anacrónico parecer y, a mi vez, recuerdo con melancolía las olimpiadas matemáticas que la consejería de educación de mi comunidad se dignaba organizar en los años noventa.


Siempre soñé apacentar a un despierto grupito de alumnos, de E.G.B o Secundaria, aficionados a pelearse con los problemas de álgebra, geometría, razonamiento numérico, proporcionalidad y otros aromáticos frascos que encierran las esencias de las denostadas matemáticas elementales. Nunca tuve esa suerte o no fui un profesor lo suficientemente bueno para desarmar la tibia indolencia de mis pupilas y pupilos.


El caso es que encuentro y ojeo un cuadernillo, el correspondiente a la edición de 1997, éste:




Y decido subir los tres problemillas que me han hecho más gracia. De paso, el lector o la lectriz aficionados a perder el tiempo con estos menesteres y afanes, pueden comprobar el grado de oxidación de su nivel en esta apasionante materia.





Más tarde, me entero de que la celebración de este certamen no se ha extinguido, como yo presumía y va, ya, por la XXVII edición. Buf, por lo que veo, llevo demasiado tiempo fuera del planeta... O atendiendo en exceso a los medios de corrupnicación, que jamás tocan estos temas tan anodinos.



Click para agrandar las imágenes

Ahora, eso sí, juro por la Santa Molleja de las gallinas cuyos huevos fueron empleados para hacer la tortilla de patatas de la Última Cena, que colgaré las soluciones  en tres o cuatro días. Diviértete colega. Y si no das con los resultados, enhorabuena, habrás demostrado que tienes algún tipo de aptitud como cargo político en cualquier departamento de  educación en, al menos, diecisiete comunidades.

jueves, 15 de marzo de 2018

También Este Año Han Florecido Los Almendros

¿O qué te esperabas? Mira que si les da por encabezar una protesta por el cambio climático, el calentamiento global o el chapapote... El año que no florezcan los almendros, se acabó el turrón.



Insensibles a la discriminación salarial y los abusos machistas que acogotan a las mujeres, a la depreciación de las pensiones que desordena y exaspera a los ancianos; desentendidos de la incapacidad del gobierno para frenar la oleada de exclusión social sufrida por todo tipo de colectivos: los ninis, los okupas, los toxicómanos, los sacerdotes y monaguillos, los taurinos y las nodrizas (y nodrizos); impasibles ante las nuevas fobias que acechan a esta sociedad enferma: la xenofobia, la LGTBIfobia, la islamofobia, la catalanofobia, la aporofobia (novedosísisma incorporación a nuestro diccionario RAE) y la coulrofobia (que cercena el interés por la política en todas partes salvo en Italia); indiferentes en suma, los tercos almendros, insolidarios con la que está cayendo, han vuelto a florecer de lujo, sin una muestra de empatía respaldando a los más desfavorecidos, siquiera en este aciago 2018, contra los males que aquejan a nuestra sociedad descompuesta, desnortada y con una de las élites políticas mas corruptas e inútiles de Eurafrasia.



Más bien aseguraría que la floración de este año ha sido muy abundante y un poco más tardía: recuerdo temporadas en las que, en las solanas de la Litera o la Ribagorza, ya a finales de enero, comenzaban las miriadas de blanquísimos destellos  sobre los troncos renegridos y escuálidos que tienen tales árboles en estas tierras de media montaña.





Sí, y también este año se celebró (por tercera vez) la caminata  "Floración del almendro" en la muy agradable villa de Ayerbe, y también participé (por tercera vez)  eh la misma, agradeciendo a la organización que quitaran 3 km (de 28 a 25), incluyendo una subida, casi al final, asaz penosa.


Al fondo, el castillo de Loarre,
límite septentrional de la caminata

Mil personas fuimos a gastar suela, parece ser que por las zonas occidentales de Aragón hay mucha afición a estas peregrinaciones bienhumoradas y multitudinarias. La organización, como ya señalé el año pasado, fue impecable, ¿Tú te imaginas lo que es dar de comer (bien) a mil personas para clausurar la andada? Como que después de caminar más de cinco horas, no conseguí perder un gramo de peso. Además hice pocas fotos, cámara en ristre me parezco a Rompetechos jugando a la piñata, menos mal que, de vuelta en mi pueblo, pude, tomándome mi tiempo, hacer algunas tomas en el campo de costumbre, intenso azul y blanco.



Qué sería de esta página sin la cita anual con los almendros. ¿Dónde hubiera colocado tanta palabreja nueva, de éstas que me aprendo hoy y olvido mañana?


miércoles, 7 de marzo de 2018

Bombachazo

Navegando por internet al buen tuntún, combino mis habilidades de navegandul y naveganso, con un puntito navegamberro y, tratando de desenredarme en la imposible maraña combinada de "news" y "fake news", tejida en torno a la extravagante convocatoria de huelga del 8 de marzo, me doy de morros con esta pintoresquísima imagen:


Analizada sin atender demasiado al contexto, parece la que un lunático machista hubiera diseñado para desacreditar a todo lo que rodea a tan polémica iniciativa.


Por una parte, siendo varón heterosexual como es mi caso, resulta difícil escapar al erotismo de la propuesta, pero consciente de que ya estoy un poco mayor, lo intentaré, sin dejar de señalar que las guapas modelos que posan son, hasta cierto punto, poco representativas de la masa de féminas llamada a parar mañana, puesto que el atractivo de su imagen (que no es casual) está por encima de la media, es decir, se cae en el sesgo pretendidamente denunciado por machista.


Dejaré aparte también un cierto aire, como de velo islámico, en las bragas usadas para tapar los rostros, porque es bien sabido la admiración que esa cultura despierta en los grupos feministas que jamás denuncian desliz machista alguno en tan igualitaria cultura.


No entrando pues en mi parecer "ciudadano" ni personal sobre la pertinencia o no del hemiparo anunciado para mañana, el cartelito me parece uno de los anuncios que más descrédito podrían arrojar sobre la iniciativa, si fuera observado por un testigo neutral, pongamos, un intelectual hermafrodita, aunque quizá no haya que acudir tan lejos para percibir que la imagen es francamente estrafalaria y ridícula. En cuanto al paro propiamente dicho, solo diré que ha producido mucho contento en mi hijo el pequeño, que tendrá un inesperado día de fiesta en el instituto porque "no va a ir nadie"; a los estudiantes les encantan las huelgas, son el grupo más fácilmente manipulable, perdón movilizable, cualquier oclocracia contará siempre con ellos.


Como, aunque nunca lo consiga, siempre intento ser ecuánime, busco el contexto concreto de la movilización a que se refiere el cartel y lo encuentro en un diario argentino (en tan bello país, las bragas son bombachas), al parecer, las trabajadoras escénicas de allí convocan una protesta para denunciar su situación laboral que imagino, sin esfuerzo, sujeta a las más variadas y evidentes discriminaciones, pues es frecuente entre las chicas de la farándula estar explotadas, mal pagadas y acosadas, salvo unos pocos centenares de casos que me vienen a la mente en este momento y que no son representativas del colectivo.



Aunque claro, si viéramos, señoras y señores, a unos maromos reivindicando que su masculinidad no fuera desdeñada, con la cara tapada por sus propios calzoncillos, se expondrían a ser tildados de exhibicionistas o de gilipollas y pensaríamos que se les había ido la pinza.

lunes, 5 de marzo de 2018

Carriles Bici Que No Van A Ningún Sitio

He hecho estas absurdas fotos "con atención extrema que no sé si se debe a un interés real o al deseo de comprender algo, cualquier cosa, encontrar la lógica que poco a poco la realidad ha ido perdiendo."


Ya que lo preguntas, no, no llega
hasta el castillo.

Mi pueblo está surcado de carriles bici abandonados, que arrancan de ningún sitio en concreto y te llevan a ninguna parte. La carencia de mantenimiento es absoluta, aunque parece no importar a nadie. Aquí, en Monzón, sólo verás dos tipos de ciclistas: unos, los deportivos, que salen tenaces a las carreteras o a los caminos rurales, incluso cuando el tiempo no es bueno. Éstos van en grupo y buscan la salida del casco urbano cagando leches, pues el tránsito hasta el extrarradio es incómodo y hasta peligroso; una vez fuera, hay varias carreteras, si no idóneas, sí lo bastante apropiadas para la práctica del ciclismo, otro tanto cabe decir de los adeptos  a los caminos, que encuentran fácilmente, trazados bastante buenos, apacibles y hasta encantadores si no fuera por los putos perros sueltos...



Atención: firme en mal estado.

El segundo tipo de ciclistas, los no deportivos, está constituido por los muchachos que se desplazan por calles, parques y avenidas, utilizando las aceras con la más absoluta carencia de normas, restricciones o cualquier otro cuidado; bueno, tal proceder no deja de ser consecuencia de lo anteriormente apuntado: en la calzada te juegas la osamenta, así que no seré yo quien empuje a los chicos al más que probable descalabro.



La valla final sugiere una creativa
combinación de ciclismo e hípica.

Donde sí que no he visto nunca un ciclista es en los carriles bici, diseñados aquí por algún dipsómano contumaz, algún derrochador o algún bromista. Ignoro si se cimentaron con recursos públicos, tal vez con los del fabuloso plan E de Zapatero que tan buen resultado dio allá en 2009 para mitigar la crisis que se avecinaba; o, tal vez, alguna normativa que desconozco, forzó en su día a las constructoras a ceder parte del terreno para estos y otros inservibles equipamientos que, sin ningún género de dudas, ninguna autoridad urbanística se molestó en inspeccionar o, si lo hizo, merecía  ganar un premio de venalidad o de incompetencia en categoría senior.



Éste fin de trayecto parece particularmente útil
para ir a hacer tus deposiciones al campo.

Recorro pues, perplejo y a pie, estos fragmentos de carril bici, desventrados más que agrietados, despintados y abocados a verjas, bordillos, senderos pedregosos y a la mismísima nada... Utilizándolos como alegoría, intentaría sacar alguna conclusión respecto a los recursos públicos que se dilapidan en este país, pero sería tan negativa y, probablemente, tan injusta que se la dejo al eventual lector, al eventual ciclista y al eventual defensor de estas y otras actuaciones que, una y otra vez, nos abocan a deliciosas mamarrachadas (públicas o privadas). 



Antes de estamparte contra las palmeras,
deja cruzar a los peatones.

Temporalmente fuera de servicio.

jueves, 1 de marzo de 2018

Mariano Y Concha Se Han Quedado Huérfanos

Todos los españoles de mi edad nos hemos reído, literalmente, miles de veces con el humor gráfico del muy prolífico y, a menudo, atinadísimo Antonio Fraguas, alias Forges, que ha pasado a mejor vida.


Lo de "a mejor vida" es puramente una sospecha, dado lo insatisfactoria que es ésta, aunque casi nadie la abandona de buen grado. Esta digresión viene a cuento de que Forges, uno de los dos máximos humoristas gráficos españoles de la segunda mitad del siglo XX (el otro es F.Ibáñez), tejió su copiosa obra humorística partir de la insatisfacción producida por ser un súbdito español durante el citado medio siglo: el país es insatisfactorio, la situación política es insatisfactoria, las relaciones humanas, en lo afectivo, en lo laboral, en la vida en común, son insatisfactorias y, a cuenta de ello, nos petamos de risa todos (y el ínclito Forges, el primero).






Una obra tan vasta, tan irregular, tan personal y tan graciosa, es merecedora de todos los homenajes que se le han tributado y, desde esta desnortada página, queríamos poner nuestro granito de arena. No obstante, el finado era muy polifacético y no sabemos por dónde empezar (ni si habrá más entregas). Ya veremos.




En lo personal, los chistes de Forges me hacían sonreir, me ponían de buen talante y me cautivaban con su personalísimo ingenio, unos más y otros menos; en sus últimos años de colaborador en El País, opino que había perdido buena parte de su chispa, pero claro, ¿quién puede ser agasajado por las musas con tantas décadas de lucidez? Lo mejor, para mí, estuvo en la crítica política ejercida en el tardofranquismo y en los primeros años de la transición, a través de unos personajes muy reconocibles, funcionarios y chupatintas, pertenecientes a unas clases medias, turulatas y casposas, que reaccionaban perplejas ante los vertiginosos cambios sociopolíticos en aquellos tiempos de sano descojono.





Luego, diversificó su repertorio, incorporando náufragos hambrientos, aviadores chapuceros, presos encadenados en mazmorras, lúcidos moradores rurales y variadísimos arquetipos, entre los que hoy quiero destacar a Concha y Mariano.




Mariano y Concha son una personalísima y celtibérica visión de la guerra de los sexos. Él es un señor bajito, enclenque y calvo, un varón sometido a la implacable férula de ella. Ambos representan la insatisfacción en las relaciones de pareja tradicionales. Concha la resuelve comiendo, lo que la lleva a una obesidad mórbida, o simplemente a estar gorda como una vaca, con lo cual se insensibiliza ante la frustración, convirtiéndose en una figura emblemática para feministas con sentido del humor (si tal categoría existiera). Mariano, calvo y sometido como acabo de decir, se refugia en el sarcasmo, la mordacidad, el exabrupto (foca, vacaburra, etc.) y, finalmente, en la impotencia, por cancelación de sus incumplidas ensoñaciones eróticas. No sé de qué eran paradigma esta pareja, igual sólo reflejaban la implacable devastación del paso del tiempo, pero calaron hondísimo en el inconsciente colectivo de una generación, la mía. Adiós Forges, macho, nos radiografiabas a la perfección.