viernes, 12 de enero de 2018

Progreso: 10 Razones Para Mirar El Futuro Con Optimismo - Johan Norberg

“Escribir un libro con un mensaje positivo sobre el mundo supone predicar algo distinto a lo que la mayoría quisiera escuchar.”

Estas palabras son de Johan Norberg (n. 1973), un joven, animoso y  polémico escritor sueco, ensayista del que yo ignoraba absolutamente todo.


Y adquirí y leí este libro por varios motivos: la recomendación del suplemento “El Cultural” (del diario “El Mundo”), que suelo hojear los viernes y rara vez me defrauda; mi incurable afición a los ensayos divulgativos, con la que siempre aspiro a paliar mis lagunas formativas sin, loado sea dios, acabar de conseguirlo nunca, y los razonables precios de los libros en formato ebook (que pienso que aún podrían reducirse pues, ¿donde están los costes de producción?) por no hablar de la fácil y rápida disponibilidad de los títulos, además ahora casi todo se publica también en este formato, el único que puedo leer ya, pues me permite poner el tipo de letra del tamaño de una cucaracha y así, pese a mi defectuosa visión, aún me es permitida la lectura.



Johan Norberg

El caso es que el libro me ha sorprendido por su coherencia, su sencillez, su anunciado optimismo y, sobre todo, su preciso y sorprendente cierre, con un Epílogo que me ha parecido de una extrema perspicacia. Tengo que decir que no me fío en exceso de las proposiciones neoliberales en economía y política, pero sinceramente a este libro no he sido capaz de verle el truco: lejos de las insinceras y manidas perspectivas y consideraciones de los neocon y los neocom, aquí me parece que se hace un ejercicio de interpretación de lo social en el mundo globalizado, optimista sí, pero mucho más honesta de la que acostumbro a encontrar por ahí en gacetilleros tendenciosos, activistas de escenario, mercaderes del miedo y cenizos profesionales.


Recuerdo que se trata de un ensayo sencillito, nada denso, muy bien documentado a nivel de estadísticas, gráficos y notas y, que en el cada vez más improbable supuesto de que creas en una realidad objetiva, sobre la que es posible alcanzar algún grado de conocimientos contrastables, no te va a dejar del todo indiferente, siempre y cuando te atraiga la temática del estado de las necesidades más comunes en el mundo en el que vives.



Portada español

El libro se estructura en 10 capítulos no demasiado extensos, consagrados cada uno de ellos a un tema clave en las preocupaciones de la sociedad actual (¡y pretérita!): 1.Alimentación, 2.Saneamiento, 3.Esperanza de vida, 4.Pobreza, 5.Violencia, 6.Medio Ambiente, 7.Alfabetización, 8.Libertad, 9.Igualdad y 10.La próxima generación, seguidos de un brillante y lúcido epílogo que me ha parecido lo mejor del ensayo.


Todos los capítulos tienen una tesis similar: estamos mejor que hace 20 años, mucho mejor que hace 50 e incomparablemente mejor que hace 200, en todos los indicadores relevantes para la especie humana y considerando el mundo en su conjunto. Abunda en consideraciones históricas, investigaciones de carácter empírico y datos pertinentes y termina cada tema desgranando los logros de la situación actual, los problemas pendientes y los peligros de reversibilidad del progreso alcanzado hasta la fecha. Establece una y otra vez que los mayores tesoros son el conocimiento y la cooperación, y masajea tus neuronas con buenas noticias, sin parecer nunca empalagoso. Mejor que un libro de autoayuda.



Portada inglés

Sorprendente y hasta chocante, con los cánones culturales en vigor, es su punto de vista, rabiosamente liberal en lo político y en lo económico, con una consideración muy positiva de la globalización, enamorado de la innovación y del progreso tecnológico y carente de tentaciones visibles de dogmatismo salvamentista.


Como para muestra basta un botón, te pongo un fragmento que me ha parecido muy conmovedor, acerca de dos investigadores sociales que visitaron la India en dos ocasiones, separadas por un lapso de veinte años:


 “Cuando visitaron la localidad de Sajani por primera vez, Berg y Karlsson conocieron a Sattos, una niña de doce años que trabajaba largas horas en el hogar y en el campo cuidando animales. Por aquel entonces tomaron una foto de sus manos, ya arrugadas y gastadas, prematuramente envejecidas por años de trabajo duro. Cuando Berg y Karlsson regresaron a visitar a la siguiente generación, tomaron una fotografía de las manos de su hija de trece años, Seema. Ambas tenían prácticamente la misma edad cuando fueron inmortalizadas, pero sus manos no podían ser más distintas. Las de Seema eran suaves y juveniles, como correspondía con la historia de una niña que sí pudo estudiar y jugar. La miseria no le robó su niñez y, por tanto, su preparación para la vida adulta había sido muy distinta. Y la diferencia entre ambas imágenes representa el cambio que ha vivido el mundo en las últimas décadas. Porque Seema no es un caso aislado. Hay cientos de millones de niños y niñas como ella. Han recibido más educación y vivirán vidas más largas que nunca, gozando además de mayor libertad. Poco a poco, están dando sus primeros pasos en este nuevo mundo. Y nuestro futuro está ahora en sus manos.”



Óleo 1 Víctor Landa

Y ahora, como contrapunto, un texto que te reto a que adivines su procedencia. Como no va a ser así, la pondré en los comentarios dentro de una semana:


“Corren malos tiempos y el mundo se está volviendo viejo y malvado. La política es cada vez más corrupta. Los niños ya no son respetuosos con sus padres.”



Óleo 2 Víctor Landa

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