domingo, 25 de marzo de 2018

Matemáticas Y Diversión 26. Soluciones A Los Problemas Anteriores

Bueno, una vez más intento abordar con seriedad y con la más artesanal y analógica de mis letras, las soluciones a los problemas que compartía hace unos días.

Cuando me ha sido posible, he acometido dos niveles de complejidad, el propio de EGB/ESO y otro más avanzado, con alguna herramienta adicional. Los problemas están en el mismo orden que en la publicación anterior:

Primero el de la condenada cajita de cartón.



Luego el de las insidiosas monedas con la cara de Pitágoras.



Y para terminar, el de los mareantes círculos inscritos.



miércoles, 21 de marzo de 2018

Matemáticas Y Diversión 25. La Olimpiada Matemática

Me cuenta el paseador de perros del grupo de trabajo que elabora el informe de recomendaciones para el Pacto Social y Político por la Educación que, una vez establecida la imprescindible atonía igualitaria en el sector, él, que fue a los maristas de Zaragoza y casi llegó a participar en el programa televisivo "Cesta y puntos" como zaguero de los empollones de su colegio, echa de menos con un punto de nostalgia, dice, algún escondido signo de excelencia educativa.

Comparto su desdichado y anacrónico parecer y, a mi vez, recuerdo con melancolía las olimpiadas matemáticas que la consejería de educación de mi comunidad se dignaba organizar en los años noventa.


Siempre soñé apacentar a un despierto grupito de alumnos, de E.G.B o Secundaria, aficionados a pelearse con los problemas de álgebra, geometría, razonamiento numérico, proporcionalidad y otros aromáticos frascos que encierran las esencias de las denostadas matemáticas elementales. Nunca tuve esa suerte o no fui un profesor lo suficientemente bueno para desarmar la tibia indolencia de mis pupilas y pupilos.


El caso es que encuentro y ojeo un cuadernillo, el correspondiente a la edición de 1997, éste:




Y decido subir los tres problemillas que me han hecho más gracia. De paso, el lector o la lectriz aficionados a perder el tiempo con estos menesteres y afanes, pueden comprobar el grado de oxidación de su nivel en esta apasionante materia.





Más tarde, me entero de que la celebración de este certamen no se ha extinguido, como yo presumía y va, ya, por la XXVII edición. Buf, por lo que veo, llevo demasiado tiempo fuera del planeta... O atendiendo en exceso a los medios de corrupnicación, que jamás tocan estos temas tan anodinos.



Click para agrandar las imágenes

Ahora, eso sí, juro por la Santa Molleja de las gallinas cuyos huevos fueron empleados para hacer la tortilla de patatas de la Última Cena, que colgaré las soluciones  en tres o cuatro días. Diviértete colega. Y si no das con los resultados, enhorabuena, habrás demostrado que tienes algún tipo de aptitud como cargo político en cualquier departamento de  educación en, al menos, diecisiete comunidades.

jueves, 15 de marzo de 2018

También Este Año Han Florecido Los Almendros

¿O qué te esperabas? Mira que si les da por encabezar una protesta por el cambio climático, el calentamiento global o el chapapote... El año que no florezcan los almendros, se acabó el turrón.



Insensibles a la discriminación salarial y los abusos machistas que acogotan a las mujeres, a la depreciación de las pensiones que desordena y exaspera a los ancianos; desentendidos de la incapacidad del gobierno para frenar la oleada de exclusión social sufrida por todo tipo de colectivos: los ninis, los okupas, los toxicómanos, los sacerdotes y monaguillos, los taurinos y las nodrizas (y nodrizos); impasibles ante las nuevas fobias que acechan a esta sociedad enferma: la xenofobia, la LGTBIfobia, la islamofobia, la catalanofobia, la aporofobia (novedosísisma incorporación a nuestro diccionario RAE) y la coulrofobia (que cercena el interés por la política en todas partes salvo en Italia); indiferentes en suma, los tercos almendros, insolidarios con la que está cayendo, han vuelto a florecer de lujo, sin una muestra de empatía respaldando a los más desfavorecidos, siquiera en este aciago 2018, contra los males que aquejan a nuestra sociedad descompuesta, desnortada y con una de las élites políticas mas corruptas e inútiles de Eurafrasia.



Más bien aseguraría que la floración de este año ha sido muy abundante y un poco más tardía: recuerdo temporadas en las que, en las solanas de la Litera o la Ribagorza, ya a finales de enero, comenzaban las miriadas de blanquísimos destellos  sobre los troncos renegridos y escuálidos que tienen tales árboles en estas tierras de media montaña.





Sí, y también este año se celebró (por tercera vez) la caminata  "Floración del almendro" en la muy agradable villa de Ayerbe, y también participé (por tercera vez)  eh la misma, agradeciendo a la organización que quitaran 3 km (de 28 a 25), incluyendo una subida, casi al final, asaz penosa.


Al fondo, el castillo de Loarre,
límite septentrional de la caminata

Mil personas fuimos a gastar suela, parece ser que por las zonas occidentales de Aragón hay mucha afición a estas peregrinaciones bienhumoradas y multitudinarias. La organización, como ya señalé el año pasado, fue impecable, ¿Tú te imaginas lo que es dar de comer (bien) a mil personas para clausurar la andada? Como que después de caminar más de cinco horas, no conseguí perder un gramo de peso. Además hice pocas fotos, cámara en ristre me parezco a Rompetechos jugando a la piñata, menos mal que, de vuelta en mi pueblo, pude, tomándome mi tiempo, hacer algunas tomas en el campo de costumbre, intenso azul y blanco.



Qué sería de esta página sin la cita anual con los almendros. ¿Dónde hubiera colocado tanta palabreja nueva, de éstas que me aprendo hoy y olvido mañana?


miércoles, 7 de marzo de 2018

Bombachazo

Navegando por internet al buen tuntún, combino mis habilidades de navegandul y naveganso, con un puntito navegamberro y, tratando de desenredarme en la imposible maraña combinada de "news" y "fake news", tejida en torno a la extravagante convocatoria de huelga del 8 de marzo, me doy de morros con esta pintoresquísima imagen:


Analizada sin atender demasiado al contexto, parece la que un lunático machista hubiera diseñado para desacreditar a todo lo que rodea a tan polémica iniciativa.


Por una parte, siendo varón heterosexual como es mi caso, resulta difícil escapar al erotismo de la propuesta, pero consciente de que ya estoy un poco mayor, lo intentaré, sin dejar de señalar que las guapas modelos que posan son, hasta cierto punto, poco representativas de la masa de féminas llamada a parar mañana, puesto que el atractivo de su imagen (que no es casual) está por encima de la media, es decir, se cae en el sesgo pretendidamente denunciado por machista.


Dejaré aparte también un cierto aire, como de velo islámico, en las bragas usadas para tapar los rostros, porque es bien sabido la admiración que esa cultura despierta en los grupos feministas que jamás denuncian desliz machista alguno en tan igualitaria cultura.


No entrando pues en mi parecer "ciudadano" ni personal sobre la pertinencia o no del hemiparo anunciado para mañana, el cartelito me parece uno de los anuncios que más descrédito podrían arrojar sobre la iniciativa, si fuera observado por un testigo neutral, pongamos, un intelectual hermafrodita, aunque quizá no haya que acudir tan lejos para percibir que la imagen es francamente estrafalaria y ridícula. En cuanto al paro propiamente dicho, solo diré que ha producido mucho contento en mi hijo el pequeño, que tendrá un inesperado día de fiesta en el instituto porque "no va a ir nadie"; a los estudiantes les encantan las huelgas, son el grupo más fácilmente manipulable, perdón movilizable, cualquier oclocracia contará siempre con ellos.


Como, aunque nunca lo consiga, siempre intento ser ecuánime, busco el contexto concreto de la movilización a que se refiere el cartel y lo encuentro en un diario argentino (en tan bello país, las bragas son bombachas), al parecer, las trabajadoras escénicas de allí convocan una protesta para denunciar su situación laboral que imagino, sin esfuerzo, sujeta a las más variadas y evidentes discriminaciones, pues es frecuente entre las chicas de la farándula estar explotadas, mal pagadas y acosadas, salvo unos pocos centenares de casos que me vienen a la mente en este momento y que no son representativas del colectivo.



Aunque claro, si viéramos, señoras y señores, a unos maromos reivindicando que su masculinidad no fuera desdeñada, con la cara tapada por sus propios calzoncillos, se expondrían a ser tildados de exhibicionistas o de gilipollas y pensaríamos que se les había ido la pinza.

lunes, 5 de marzo de 2018

Carriles Bici Que No Van A Ningún Sitio

He hecho estas absurdas fotos "con atención extrema que no sé si se debe a un interés real o al deseo de comprender algo, cualquier cosa, encontrar la lógica que poco a poco la realidad ha ido perdiendo."


Ya que lo preguntas, no, no llega
hasta el castillo.

Mi pueblo está surcado de carriles bici abandonados, que arrancan de ningún sitio en concreto y te llevan a ninguna parte. La carencia de mantenimiento es absoluta, aunque parece no importar a nadie. Aquí, en Monzón, sólo verás dos tipos de ciclistas: unos, los deportivos, que salen tenaces a las carreteras o a los caminos rurales, incluso cuando el tiempo no es bueno. Éstos van en grupo y buscan la salida del casco urbano cagando leches, pues el tránsito hasta el extrarradio es incómodo y hasta peligroso; una vez fuera, hay varias carreteras, si no idóneas, sí lo bastante apropiadas para la práctica del ciclismo, otro tanto cabe decir de los adeptos  a los caminos, que encuentran fácilmente, trazados bastante buenos, apacibles y hasta encantadores si no fuera por los putos perros sueltos...



Atención: firme en mal estado.

El segundo tipo de ciclistas, los no deportivos, está constituido por los muchachos que se desplazan por calles, parques y avenidas, utilizando las aceras con la más absoluta carencia de normas, restricciones o cualquier otro cuidado; bueno, tal proceder no deja de ser consecuencia de lo anteriormente apuntado: en la calzada te juegas la osamenta, así que no seré yo quien empuje a los chicos al más que probable descalabro.



La valla final sugiere una creativa
combinación de ciclismo e hípica.

Donde sí que no he visto nunca un ciclista es en los carriles bici, diseñados aquí por algún dipsómano contumaz, algún derrochador o algún bromista. Ignoro si se cimentaron con recursos públicos, tal vez con los del fabuloso plan E de Zapatero que tan buen resultado dio allá en 2009 para mitigar la crisis que se avecinaba; o, tal vez, alguna normativa que desconozco, forzó en su día a las constructoras a ceder parte del terreno para estos y otros inservibles equipamientos que, sin ningún género de dudas, ninguna autoridad urbanística se molestó en inspeccionar o, si lo hizo, merecía  ganar un premio de venalidad o de incompetencia en categoría senior.



Éste fin de trayecto parece particularmente útil
para ir a hacer tus deposiciones al campo.

Recorro pues, perplejo y a pie, estos fragmentos de carril bici, desventrados más que agrietados, despintados y abocados a verjas, bordillos, senderos pedregosos y a la mismísima nada... Utilizándolos como alegoría, intentaría sacar alguna conclusión respecto a los recursos públicos que se dilapidan en este país, pero sería tan negativa y, probablemente, tan injusta que se la dejo al eventual lector, al eventual ciclista y al eventual defensor de estas y otras actuaciones que, una y otra vez, nos abocan a deliciosas mamarrachadas (públicas o privadas). 



Antes de estamparte contra las palmeras,
deja cruzar a los peatones.

Temporalmente fuera de servicio.

jueves, 1 de marzo de 2018

Mariano Y Concha Se Han Quedado Huérfanos

Todos los españoles de mi edad nos hemos reído, literalmente, miles de veces con el humor gráfico del muy prolífico y, a menudo, atinadísimo Antonio Fraguas, alias Forges, que ha pasado a mejor vida.


Lo de "a mejor vida" es puramente una sospecha, dado lo insatisfactoria que es ésta, aunque casi nadie la abandona de buen grado. Esta digresión viene a cuento de que Forges, uno de los dos máximos humoristas gráficos españoles de la segunda mitad del siglo XX (el otro es F.Ibáñez), tejió su copiosa obra humorística partir de la insatisfacción producida por ser un súbdito español durante el citado medio siglo: el país es insatisfactorio, la situación política es insatisfactoria, las relaciones humanas, en lo afectivo, en lo laboral, en la vida en común, son insatisfactorias y, a cuenta de ello, nos petamos de risa todos (y el ínclito Forges, el primero).






Una obra tan vasta, tan irregular, tan personal y tan graciosa, es merecedora de todos los homenajes que se le han tributado y, desde esta desnortada página, queríamos poner nuestro granito de arena. No obstante, el finado era muy polifacético y no sabemos por dónde empezar (ni si habrá más entregas). Ya veremos.




En lo personal, los chistes de Forges me hacían sonreir, me ponían de buen talante y me cautivaban con su personalísimo ingenio, unos más y otros menos; en sus últimos años de colaborador en El País, opino que había perdido buena parte de su chispa, pero claro, ¿quién puede ser agasajado por las musas con tantas décadas de lucidez? Lo mejor, para mí, estuvo en la crítica política ejercida en el tardofranquismo y en los primeros años de la transición, a través de unos personajes muy reconocibles, funcionarios y chupatintas, pertenecientes a unas clases medias, turulatas y casposas, que reaccionaban perplejas ante los vertiginosos cambios sociopolíticos en aquellos tiempos de sano descojono.





Luego, diversificó su repertorio, incorporando náufragos hambrientos, aviadores chapuceros, presos encadenados en mazmorras, lúcidos moradores rurales y variadísimos arquetipos, entre los que hoy quiero destacar a Concha y Mariano.




Mariano y Concha son una personalísima y celtibérica visión de la guerra de los sexos. Él es un señor bajito, enclenque y calvo, un varón sometido a la implacable férula de ella. Ambos representan la insatisfacción en las relaciones de pareja tradicionales. Concha la resuelve comiendo, lo que la lleva a una obesidad mórbida, o simplemente a estar gorda como una vaca, con lo cual se insensibiliza ante la frustración, convirtiéndose en una figura emblemática para feministas con sentido del humor (si tal categoría existiera). Mariano, calvo y sometido como acabo de decir, se refugia en el sarcasmo, la mordacidad, el exabrupto (foca, vacaburra, etc.) y, finalmente, en la impotencia, por cancelación de sus incumplidas ensoñaciones eróticas. No sé de qué eran paradigma esta pareja, igual sólo reflejaban la implacable devastación del paso del tiempo, pero calaron hondísimo en el inconsciente colectivo de una generación, la mía. Adiós Forges, macho, nos radiografiabas a la perfección.