jueves, 15 de marzo de 2018

También Este Año Han Florecido Los Almendros

¿O qué te esperabas? Mira que si les da por encabezar una protesta por el cambio climático, el calentamiento global o el chapapote... El año que no florezcan los almendros, se acabó el turrón.



Insensibles a la discriminación salarial y los abusos machistas que acogotan a las mujeres, a la depreciación de las pensiones que desordena y exaspera a los ancianos; desentendidos de la incapacidad del gobierno para frenar la oleada de exclusión social sufrida por todo tipo de colectivos: los ninis, los okupas, los toxicómanos, los sacerdotes y monaguillos, los taurinos y las nodrizas (y nodrizos); impasibles ante las nuevas fobias que acechan a esta sociedad enferma: la xenofobia, la LGTBIfobia, la islamofobia, la catalanofobia, la aporofobia (novedosísisma incorporación a nuestro diccionario RAE) y la coulrofobia (que cercena el interés por la política en todas partes salvo en Italia); indiferentes en suma, los tercos almendros, insolidarios con la que está cayendo, han vuelto a florecer de lujo, sin una muestra de empatía respaldando a los más desfavorecidos, siquiera en este aciago 2018, contra los males que aquejan a nuestra sociedad descompuesta, desnortada y con una de las élites políticas mas corruptas e inútiles de Eurafrasia.



Más bien aseguraría que la floración de este año ha sido muy abundante y un poco más tardía: recuerdo temporadas en las que, en las solanas de la Litera o la Ribagorza, ya a finales de enero, comenzaban las miriadas de blanquísimos destellos  sobre los troncos renegridos y escuálidos que tienen tales árboles en estas tierras de media montaña.





Sí, y también este año se celebró (por tercera vez) la caminata  "Floración del almendro" en la muy agradable villa de Ayerbe, y también participé (por tercera vez)  eh la misma, agradeciendo a la organización que quitaran 3 km (de 28 a 25), incluyendo una subida, casi al final, asaz penosa.


Al fondo, el castillo de Loarre,
límite septentrional de la caminata

Mil personas fuimos a gastar suela, parece ser que por las zonas occidentales de Aragón hay mucha afición a estas peregrinaciones bienhumoradas y multitudinarias. La organización, como ya señalé el año pasado, fue impecable, ¿Tú te imaginas lo que es dar de comer (bien) a mil personas para clausurar la andada? Como que después de caminar más de cinco horas, no conseguí perder un gramo de peso. Además hice pocas fotos, cámara en ristre me parezco a Rompetechos jugando a la piñata, menos mal que, de vuelta en mi pueblo, pude, tomándome mi tiempo, hacer algunas tomas en el campo de costumbre, intenso azul y blanco.



Qué sería de esta página sin la cita anual con los almendros. ¿Dónde hubiera colocado tanta palabreja nueva, de éstas que me aprendo hoy y olvido mañana?


1 comentario:

  1. ¿Cuando se equilibrará el disfrute en este país?
    Aquí lo único que florece son los lazos amarillos. No se qué tendrá la gente aquí contra los taxistas. No me acabo de enterar.

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